- El primer principio es: "Muestre el respecto debido a la autoridad." Esta es la superestructura invisible de la empresa productiva. Dios claramente nos ordena respetar a los que están en autoridad sobre nosotros. Dios usa este mandamiento para poner orden donde hay caos. La autoridad es un prerrequisito para el orden.
- La segunda regla es: "Tenga unidad de propósito." Los propósitos divididos diluyen la eficacia cuando hay un conflicto de intereses. No podemos servir a dos amos eficazmente. Debemos evaluar nuestro tiempo, nuestro talento y nuestros recursos para asegurarnos de que estemos usando los elementos dados por Dios de forma tal que finalmente le den gloria.
- El precepto número tres es: "Use una comunicación eficaz en palabras y en hechos." Una comunicación completa y un seguimiento predecible son la expresión básica de la integridad personal. Significa hacer lo que dice que va a hacer, aun cuando sea incómodo o inconveniente. Este mandamiento es honrado cuando se cumplen las promesas y se da un relato preciso de nuestras transacciones.
- Una cuarta verdad es: "Provea un descanso, una recreación y una reflexión adecuados." Esto asegura una calidad de vida que se verá reflejada en la creatividad, la productividad y la motivación. El descanso es una necesidad para la eficacia. La recreación protege la mente contra la fatiga mental y emocional. La reflexión promueve el monitoreo propio, permite correcciones de mitad de camino, y asegura una unidad de propósito.
- El quinto precepto es: "Muestre respeto por los mayores y los más experimentados." Nuestros padres, maestros, entrenadores, empleadores, pastores y otros mayores en nuestra vida han hecho una inversión en nosotros. Es un beneficio para nosotros honrar esa inversión y aprovechar plenamente la sabiduría y el conocimiento de quienes son más experimentados que nosotros.
- El sexto axioma es: "Muestre respeto por la vida, la dignidad y los derechos humanos." Esto abarca la calidad del producto y el servicio, el ambiente de trabajo, la salud y la seguridad, las políticas y las responsabilidades del personal y las prácticas competitivas. Es simplemente la Regla de Oro-tratar a otros como quisiera ser tratado usted.
- El séptimo principio es: "Mantenga una estabilidad de los sexos y de la familia." La sabiduría y la buena práctica de los negocios estipulan una misma consideración por hombres y mujeres como personas, independientemente de su género o estado marital. El respeto por la estructura familiar como el fundamento crítico de nuestro sistema cultural debe reflejarse en nuestras decisiones respecto de los conflictos entre las exigencias de los negocios y el valor de la vida familiar y personal.
- El precepto número ocho es: "Demuestre una asignación correcta de recursos. "Dos responsabilidades y privilegios fundamentales de los negocios son el uso óptimo de los recursos materiales y el liderazgo sabio de las personas. Debemos tratar a todos nuestros activos de negocios, sean personas, fondos o materiales, como un regalo del Señor.
- La novena verdad es: "Demuestre honestidad e integridad." La integridad es la piedra angular de toda buena relación. Sin demostrar la disposición para dar y la dignidad de recibir confianza, ningún negocio puede sobrevivir ni prosperar. Una reputación de honestidad es una declaración integral del carácter de una persona y de cómo trata a otros. Es una disposición mental fundamental contra el robo, la mentira y el engaño.
- El décimo y último mandamiento para los negocios es: "Mantenga el derecho de propiedad sobre la propiedad." Quienes son disciplinados, creativos, prudentes y laboriosos, tienen derecho a los frutos de su labor. No debemos codiciar lo que pertenece a otro.
Del librito Mega Values (Megavalores) del coronel Nimrod McNair. Estos principios siguen el modelo de los Diez Mandamientos.
sábado, 12 de julio de 2008
Diez principios globales para el éxito profesional y en los negocios
La ética de los negocios es más que una lista de lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer, pero estos principios pueden ayudarnos a empezar con el pie derecho.
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